LAS ALIANZAS, ¡ANILLOS DE BODA!

Hace dos años celebré mi matrimonio. Una sucesión de ceremonias oficiales y no oficiales que son las que terminan conformando una boda de una pareja de diferentes nacionalidades. Entre una y otra de estas reuniones, se iban formando rápidamente unas listas sin fin de elementos a gestionar, a tener en cuenta, a buscar, a diseñar, a investigar y finalmente a hacer realidad. En fin, lo que en síntesis se da con cualquier boda promedio.

Un día, avanzados los preparativos, llegó a la lista un "ítem" fácilmente pasado por alto, pero tan importante como el acta de bodas misma. 

Las alianzas. Frente a las alianzas tengo varios comentarios por hacer: Como mujer, pienso que innegablemente me siento muy atraída por las propuestas que tiene el mercado de acuerdo a la temporada, a las tendencias, a lo más buscado y sobre todo a lo cultural. Sin embargo, llegó el momento en que yo personalmente como mujer y diseñadora debí pararme a pensar, ¿sí me representaba ese anillo (alianza)?, ¿sí era un símbolo de mi relación y sí nos identifica a ambos? 

Anteriormente comenté que encontrarse con una "barrera cultural" es lo más común a la hora de elegir ese complemento que nos acompañará de día y de noche. Me explico, si tenemos tantas opciones que nos facilita la industria ¿por qué deben ser como todos lo hacen nuestros anillos de boda?, es más: ¿tienen que ser anillos?

A todo esto, mi respuesta como diseñadora a este tema que tanto me ha rondado la cabeza es: sintámonos libres de elegir el SÍMBOLO que de verdad nos represente. No es solo cuestión de elegir si es oro blanco u oro dorado. Es importante sentirnos de acuerdo con el diseño, con el tipo de objeto, con los colores, con su uso, ¡¡¡con todo!!! 

Y más importante que esto es: CHICOS, tómense el trabajo de pensar en pareja, las chicas solemos llevar la batuta, pero el encanto comienza cuando se unen ambas ideas, no es tarea ni de uno ni del otro y recuerden, ¡SE VALE TODO desde que tenga para los dos sentido!